martes, 30 de septiembre de 2008

PENA AJENA

El Presidente municipal de León presentó su segundo informe de gobierno.
Del documento difundido, y con especial interés, consulté el resumen clasificado en un apartado bajo el nombre 'Eje II: Rumbo económico'.
El texto se puede encontrar en la página de Internet del Ayuntamiento.
Antes de analizar tan particular apartado había imaginado muchas posibilidades: que podría contener los datos sobre el progreso económico de León en los últimos años. Si es que lo hubo, pensé encontrarlo ahí.
O esperaba yo que registrara un especial énfasis en los avances económicos de los leoneses. Imaginé que nuestras condiciones de vida, nuestro poder adquisitivo, habrían mejorado.
Llegué a soñar incluso con encontrar finalmente una propuesta que diera 'rumbo económico' a León. Un gobierno decidido a actuar con autoridad y a ser rector de los esfuerzos comunes. Y que planteara el futuro, un rumbo, un destino claro, que contemplara a todos los leoneses: desde aquellos trabajadores que perderán su empleo en la industria del calzado hasta a los de corta edad que tarde o temprano necesitarán un espacio para trabajar. Y que se mostrara dispuesto a orientar a cualquier inversionista, local o foráneo, a especializarse en sector de la economía que convinieran a la ciudad.
Encontré en cambio un reporte muy breve: consta de 6 páginas y las dedica a tres temas centrales.
Desde el primero, mis expectativas se desvanecieron en segundos. Encontré una serie de datos más bien dignos del informe de la reina de la ciudad: un rally, el Festival del Globo, una función de box y un torneo de tenis, entre otras destacadas 'acciones de gobierno'.
¿Qué tienen que ver estos eventos con el rumbo económico de ésta o de cualquier otra ciudad? Más aún: ¿qué tienen que ver con la definición del rumbo o con la economía de León?
Nada.
En el segundo tema central aparecieron publicadas unas pocas, muy, muy pocas cifras, y muy pobres, también: inversiones por 283 millones de dólares que crearían cerca de 5,470 empleos directos. Se consignaban además 455 'trámites' de apoyo a inversionistas y capacitación de 1,074 personas ('capacitación' donde la labor del gobierno consistió en financiar cursos).
Sonreí.
Si en algún momento León tuviera una población y una economía 10 ó 15 veces menor, estas cifras serían trascendentes. Pero ¿cómo es posible sentirse orgullosos de generar menos, muchísimos menos empleos de los que se están perdiendo?
El tercer apartado sustantivo del segundo informe aborda un tema que ya comenté aquí tiempo atrás: los proyectos emblema. Plazas y espacios culturales que podrán tener algún impacto social -materia que desconozco- pero que, debo reiterar: no son proyectos que fortalezcan la economía leonesa.
Al terminar las 6 páginas sentí pena.
No tan sólo tenemos una ciudad sin rumbo económico, tenemos un gobierno que tal vez ni siquiera conozca lo que significa el término.
Ahora bien, es importante señalar responsables:
En la estructura del gobierno municipal existe la Secretaría de Desarrollo Económico.
De su trabajo depende que haya un estrategia económica. Su trabajo por tanto no es insignificante: debe velar por el bolsillo de los leoneses: trabajadores, profesionistas, inversionistas, consumidores... todos deberían estar contemplados en la estrategia económica de una administración con proyecto claro en todos los órdenes.
¿Por qué entonces la Secretaría de Desarrollo Económico no trabaja en su responsabilidad estricta? ¿Por qué dedica sus recursos y tiempo a eventos sociales y proyectos emblema?
Quienes hacen el análisis político tienen una respuesta: su titular, Miguel Ángel Salim, busca a toda costa ocupar la alcaldía de León (esto me queda por demás claro). Pero ¿por qué se sacrifica el rumbo económico de León para satisfacer caprichos políticos de un funcionario de jerarquía clave en la administración pública? ¿Por qué nos damos el discutible lujo de perder tres años sin verdadero desarrollo económico?
Cuando los intereses políticos se anteponen a las necesidades de la economía, los resultados suelen ser fatales. Ejemplo: la inminente aprobación de un urgente paquete fiscal en el Congreso de los Estados Unidos se estropeó cuando los candidatos presidenciales se presentaron a 'apoyarlo'.
La situación es cada vez más compleja en los Estados Unidos. Ya son varias las instituciones financieras que desaparecen por quiebra o por fusión obligada con otra compañía.
Créame: no son cosas que pasan todos los días. Lo platicamos entonces en mi siguiente columna.
Hasta el próximo lunes.


LIC. NACHO RAMIREZ / COLUMNISTA DEL HERALDO DE LEON

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